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Ambas son iconoclastas que no se ajustan al concepto de la sociedad de lo que debería ser y hacer una estrella de cine. Hepburn se negaba a dar entrevistas, huyó de la prensa y pese a ello ganó cuatro premios Oscar, en ese entonces sólo hizo una aparición en la ceremonia – y eso fue en 1974 cuando accedió a presentar el Premio Irving Thalberga a su querido amigo el productor Lawrence Weingarten. Este era el estilo típico de Hepburn, se negaba a permitir que su apariencia fuera motivo de promoción, se presentaba con pantalones y mocasines y salía sin tarjetas de ensayo o referencia. Se dice que sufrió de los nervios por el acoso ( esto fue después de que ella ganará sus tres premios Oscar y haber estado en el ojo público desde hace más de 40 años) y que vomitaba inmediatamente antes y después de salir al escenario.
Ambas han sido poseedoras de una severa timidez y una incapacidad congénita para sufrir por no ser alegres o que los directores las califiquen como “rudas”, “ingratas” y “condescendientes” por la prensa y el público. En realidad, ambas son mujeres, simplemente privadas e inteligentes, que ahora prefieren pasar tiempo con familiares y amigos a estar rodeadas de la falsa realidad de la escena social de Hollywood.
Fuente | DiarioTwilight
Vía y Traducción: RobstenChile
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