Para todo hay listas en este mundo. Rankings que van desde los Top Five hasta los 40 Principales de la música. Tenemos la manía de clasificarlo todo para poder ofrecer una atractiva oferta al público prometiéndoles que aquello que adquieran/lean/escuchen es lo que le gusta a la mayoría, como si eso fuese un signo de calidad.
Sin embargo, esto se guía, en la mayoría de ocasiones, por cánones puramente comerciales. Una buena estrategia de publicidad y algo de suerte posiciona tu libro entre los más leídos, aunque la narrativa y el argumento dejen tanto que desear como aquellos libros de vampiros para adolescentes hormonadas. Hoy hablamos de los llamados “Best Seller”.
¿Qué es un best seller?
Pongamos el ejemplo del listado que La Casa del Libro ofrece de “Los más vendidos”, categorizados en Ficción y No Ficción, así a grandes rasgos. Si miramos el encabezamiento de este último, en primer y segundo lugar se sitúan sendos libros sobre la famosa (y demostrada errónea) dieta Dunkan, seguido del ya famoso “¡Indignaos!” de Sthephane Hessel, que sirvió a los medios de comunicación para que acuñasen el término en relación siempre a cualquier cosa relacionada con el 15M. ¿Quiere decir esto que las páginas que hablen sobre métodos de adelgazamiento rápido sean mejores que el llamamiento al cabreo colectivo por la situación actual? No. Solo que lo compra más gente.
En el caso de la ficción, el Top Three es para Juego de Tronos, Si tú me dices ven lo dejo todo pero dime ven y El temor de un hombre sabio. Un poco de todo. Aunque es más esclarecedor fijar la vista en otras publicaciones que hayan sido calificadas como superventas.
Por hablar de dos casos recientes, en lo que a literatura adolescente se refiere:
Caso Crepúsculo: lo efímero de los vampiros de purpurina
Portada de la primera parte de la saga.
La aclamada obra de Stephenie Meyer ha vendido, según Wikipedia, más de 25 millones de copias, y le ha valido los reconocimientos de “Top 10 Mejores Libros para Jóvenes” y “Top 10 Libros para Lectores poco habituales” de la Asociación de Bibliotecas Americanas y “Mejor libro en los 2009 Kids Choice Awards” entre otros.
¿Quiere decir eso que es una novela (o trilogía, si generalizamos) de calidad? ¿O solo que ha coincidido en un momento en el que su difusión a través de las redes sociales y las quinceañeras hormonadas hablándose de Edward Cullen y lo cachondo que está en el libro y cuánto les decepcionó a muchas la elección de Pattinson para la versión en la gran pantalla? (Y que conste que a mí me gustaba en su momento…).
Poco les dura la efervescencia, ya que en menos de tres años se habrán estrenado las cuatro versiones cinematográficas, que tanto dejan que desear en actuaciones como, por ejemplo, la de la protagonista humana.
Harry Potter: diez años en lista de libros y películas
Portada de la primera de las siete partes.
La tirada inicial en inglés. de la última entrega, Las reliquias de la muerte, según datos nuevamente de Wikipedia, superó los 12 millones. Cifras parecidas que se venían repitiendo en ediciones anteriores de otras partes de la saga, que se han traducido a más de 60 idiomas.
¿Comparativas con el anterior apartado? Para empezar, siete libros frente a tres, lo que desemboca inevitablemente en un universo más rico y completo en el caso del joven mago inglés, frente a los níveos no muertos estadounidenses. Más criaturas, leyendas, contextos, entornos… sí, pero también más profundidad psicológica en los personajes, con los que, aquellos que hemos crecido con la saga, hemos notado una pequeña empatía literaria, que no es el caso (o al menos el mío) con Crepúsculo.
Ambas sagas han estado encabezando diferentes listas de los más vendidos, han logrado el interés de las productoras por poner sus historias en fotogramas y han recaudado millones y millones, entre ventas de las dos cosas. Tan parecidas en conceptos económicos, tan dispares tras esa cortinilla de humo que son las cifras del dinero.
Vía: twilightland-giocullen| diariotwilight | Eclipse Saga
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